viernes, 11 de enero de 2019


Me quieres – No me quieres

Dime si me quisiste de verdad
o me quisiste de mentira,
o solo me quisiste para un rato en tu vida.


Sé que me quisiste porque sonreías, porque te divertías y tus malos momentos desaparecían.
Sé que ya no me querías porque te alejabas, me ignorabas y desaparecías un buen tiempo de mi vista.

Vamos, tienes que admitir que alguna vez me quisiste.
Que alguno de mis poemas tontos te llegó al corazón y sonreíste.
Pero también admite que me dejaste de querer,
que nunca supiste corresponder a mis versos,
que te daba miedo o no querías tenerlo.


Yo solo lo tenía cuando dejabas de quererme,
cuando ya no te oía,
cuando te marchabas,
cuando te ibas.


Y no quiero que prometas quererme,
que te comprometas a hacerlo
o que me jures que lo hiciste.


Pero si quiero que sepas que yo siempre te he querido,
que no he dejado de hacerlo,
que no puedo dejar de hacerlo
y ni siquiera quiero dejar de quererte.


Y cuando puedas quererme,
quiero que me quieras como yo te quiero
o que me quieras como tú quieras.


Pero si no puedes quererme
de una o de otra forma
pero de tal manera que lo sientas
entonces te pediré que no me quieras.


RELATOS OSCUROS DE UN AMOR PROHIBIDO

01-.Dime si me quisiste de verdad o me quisiste de mentira o me quisiste para un rato en tu vida. Le dije en un poema que le escribí.
Hoy entiendo que me quiso solo por un momento, solo un instante, solo unos minutos.
Fui como su saco de boxeo, y no, no me refiero a que me agarró a patadas y golpes o no físicamente pero si, dentro de mí me partió en mil pedazos.
Sabiendo que he estado enamorado de ella desde el primer día que la vi, ella regresó a mí con un abrazo cálido y un beso de pasión.
Nunca debí acercarme a más de dos pasos de ella.
Sabía lo que estaba a punto de suceder, sabía que se iba a alejar de nuevo y sabía, sabía que no me quería.
Pero como tonto enamorado, yo acepté ese momento a su lado porque sabía que necesitaba de alguien, de un abrazo sincero, y sabe que yo se lo puedo dar.
Después de que se sintió tranquila y regresara a su nueva vida, me abandonó. Me partió nuevamente y aun así sabe que yo aún la quiero y siempre lo seguiré haciendo hasta el fin de los tiempos.

jueves, 10 de enero de 2019


Darnos Motivos

Me gustaría que nos diéramos motivos para reír, llorar, jugar y pelear.
Motivos para besarnos, abrazarnos, discutir y volver a sonreír.
Motivos que nos hagan tener una rutina,
tomarnos de la mano y comenzar una historia.
Motivos que no duren nada,
que duren siempre,
que dejen marcas de tus labios en mi frente.
Motivos que sean sinceros,
que a veces duelan y dejen cicatrices dentro…
pero que sanen luego

que a veces nos hagan dudar
si poner un ponto final o continuar.
Que seas mi motivo para despertar.
Mi motivo para guardar silencio y gritar.
Mi motivo para dormir y soñar,
tocar las nubes…
mi motivo para volar.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Fiestas de las brujas

Comienzan las campanadas
y en el cielo se asoma la luna llena,
en el bosque se esconden las hadas
por que temen mucho de ellas.

Un violín, un arpa y una guitarra tocan su bienvenida,
gatos negros maúllan su regreso,
los cuervos vuelan con los vientos
y los buhos cantan su encuentro.

Sus carcajadas se oyen con terror,
pues llegan con felicidad,
llegan con amor.

Son las fiestas de las brujas
donde todos se divierten,
son los bailes más celebres
las que pocas personas comprenden.

Pócimas y hechizos disueltos en el aire,
si respiras demasiado
quedarás contagiado.

jueves, 19 de octubre de 2017

Tienes que admitirlo



Tienes que admitirlo

Nena, tienes que admitirlo,

no encontraras a alguien que te abrace como yo lo hago,
con estas manos tan llenas de poemas eróticos 
que cuando te acaricio y juego con tan solo tres dedos sobre tu piel,
esta se eriza, siendo tan suave y delicada,
tan hermosa e inmarcesible
que suelo tener envidia de tus prendas.


Nena, tienes que admitirlo,

nadie te ha mirado como yo lo he hecho,
de la misma forma en que tú te sonrojas cuando estamos a punto de hacer el amor.
Que soy el único que te ha convencido de pararte frente a mí sin prenda alguna antes de comenzar con el ritual
y después del final.


Nena, tienes que admitirlo,

no has encontrado a ningún otro loco que siga tus pasos hasta en la arena de la playa
y eso que desaparecen en unos minutos.
Y yo, que sigo buscando,
solo encuentro un montón de perlas en forma de corazones
sobre el camino que has dejado.



Pero nena, tienes que admitirlo,

no habrá nadie que te bese tan seductoramente
solo como yo… lo hago contigo.

martes, 17 de octubre de 2017

Pintando victorias

Estos últimos meses me la he pasado dibujando poemas,
escribiendo mis guerras,
trazando batallas, haciendo bosquejos de cruzadas,
de palabras muy ruidosas que quieren explotar en mis hojas,
derramar su tinta en contiendas entre lo que sentía ayer
y lo que hoy sigue presente.

Te he escrito tantas veces
que mi libreta ha quedado llena,
mis dedos tensos
y mis bolígrafos hartos de tantos versos.

Te he escrito tantas veces
que publicaría un libro con tu nombre,
tan lleno de poemas dibujados
que para mi corazón serían derrotas
pero para mi alma sería pintando victorias.

Me he enfrentado con lo que eras
y he resultado herido con palabras
que aunque son mudas
tienen tanto que decir,
que siendo silenciosas
hacen tanto ruido en mí.

Termina mi combate con estas letras
y para serte sincero
fuiste la única derrota que valía la pena ganar.

Tenía un as bajo la manga y otro por la espalda,
pero era una daga clavada
justo debajo de donde siempre me acariciabas.

Me estaba dando por vencido
pero no lo hice.
Agarre mi bolígrafo y lo llene con mi sangre,
comencé a dibujar otro poema
comencé a dibujar otra victoria

pues aunque no lo creas
tú aun no estás en la gloria.
La vida sin filtro

Fumarse la vida nunca había sido tan nocivo desde el día en que me dejaste con la cajetilla llena de cigarros.

Te fuiste sin decir nada,
te llevaste los fósforos,
me dejaste con ganas
y las ganas de tenerte besarte y fumarte
se quedaron para siempre.

Momento después encontré quien encendiera mi cigarro,
un vagabundo que fumaba un puro
sentado en una banca en el centro de la ciudad
como si a él también le hubieran dejado en plena soledad.

Momento después fui por un café para quitar la sequedad quedó en mi garganta,
y no fue por el cigarro
si no a la falta de tus besos.

Momento después seguía fumando
y me fumé alrededor de 5 o 15 cigarros,
sé que la diferencia es mucha
pero no soy bueno contando
y soy más tonto cuando estás ausente.

Al final me di cuenta que la cajetilla había quedado vacía
si no presto atención a la vida de los demás… tampoco a la mía.


Fumarse la vida nunca había sido tan nocivo para la salud
y menos si es sin filtro.